Nanotecnología en América Latina: la revolución silenciosa que ya comenzó
- Editorial

- 4 nov
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1. Introducción
La nanotecnología estudia y manipula materiales a una escala nanométrica (1 a 100 nm), donde las propiedades físicas, químicas y biológicas cambian de manera radical. A esta escala, los materiales pueden volverse más resistentes, más reactivos, más ligeros o más eficientes.
Aunque históricamente ha sido un campo dominado por economías desarrolladas, América Latina está avanzando con pasos firmes. Hoy, universidades, centros públicos y empresas tecnológicas de la región trabajan en áreas que van desde la salud hasta la energía, la filtración de agua y los materiales inteligentes. Este artículo analiza cómo se desarrolla la nanotecnología en América Latina, sus centros de investigación más relevantes, las aplicaciones reales, los desafíos y las oportunidades de crecimiento.
2. Panorama de la nanotecnología en América Latina: avances, cifras y actores clave
Avances científicos
La producción científica en nanotecnología en América Latina ha crecido sostenidamente en los últimos años. Según Kay & Shapira (2008), Brasil, México y Argentina concentraron alrededor del 85 % de las publicaciones latinoamericanas entre 1990 y 2006 (PMC).
Más recientemente, la colección Spotlight on Nanotechnology: Latin America (Frontiers in Nanotechnology, 2023) confirma la expansión del campo, destacando investigaciones en nanomateriales para sostenibilidad, salud y energía (Frontiers, 2023).
Países y centros de referencia
La nanotecnología en América Latina se apoya en una red de instituciones científicas que han sabido combinar colaboración internacional con desarrollo local de infraestructura.
Brasil lidera este ecosistema con el Laboratório Nacional de Nanotecnologia (LNNano), parte del Centro Nacional de Pesquisa em Energia e Materiais (CNPEM) en Campinas (LNNano). Este laboratorio ofrece acceso abierto a microscopía avanzada, litografía de nanodispositivos y programas en biotecnología, energía y materiales.
A su alrededor orbitan universidades como la Universidade de São Paulo (USP) y la Universidade Estadual de Campinas (Unicamp), además del MackGraphe – Centro de Pesquisas em Grafeno e Nanomateriais, en São Paulo, con una inversión superior a 20 millones de dólares destinada a energía, sensores y fotónica (RVO, 2019).
Un caso emblemático de cooperación regional es la instalación de un equipo Inovenso PE300 de electrospinning en la Universidad Federal do Vale do São Francisco (UNIVASF), realizada por Electrospinning South America, lo que permitió ampliar la capacidad experimental en nanofibras y biomateriales (Electrospinning South America, 2023).
En México, el Tecnológico de Monterrey trabaja en colaboración con MIT.nano (MIT.nano), mientras que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el CINVESTAV concentran la investigación en nanomateriales, sensores y nanomedicina.
Argentina mantiene un rol destacado a través de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), creada en 2005 para conectar ciencia e industria (PMC). Universidades como la UBA, la UNLP y el Instituto Balseiro desarrollan recubrimientos nanoestructurados, polímeros avanzados y catalizadores para energía limpia.
En Chile, el polo central es el Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología (CEDENNA), que agrupa a investigadores de la USACH y algunas otras universidades del país. Electrospinning South America instaló allí un equipo Inovenso NE100 bajo la dirección del doctor Juan Escrig.
A nivel nacional, otros centros complementan este avance:
La Universidad del Bío-Bío (UBB) cuenta con una Inovenso NE300, dirigida por el doctor William Gacitúa, para la fabricación de nanofibras de celulosa aplicadas a biotejidos y materiales estructurales (UBB Noticias, 2015).
La Universidad de La Serena (ULS) dispone de una Inovenso NE100, bajo la dirección de la doctora Vilbett Briones, enfocada en el área de alimentos, donde se exploran aplicaciones de electrospinning en el área.
Con estos avances, Chile consolida una red nacional de capacidades en nanotecnología aplicada, con impacto directo en investigación, formación y transferencia tecnológica.
3. Temáticas de investigación dominantes
Las principales líneas de investigación en nanotecnología en América Latina reflejan las necesidades estratégicas de la región.
Nanomedicina y nanobiotecnología.Brasil, México, Argentina y Chile desarrollan nanopartículas para liberación controlada de fármacos, nanosensores para diagnóstico y nanocápsulas biocompatibles. Los nanomateriales más estudiados incluyen TiO₂, ZnO, CeO₂, SiO₂ y nanopartículas de plata y oro, conocidas por sus propiedades antimicrobianas (UNITAR, 2015).
Energía y sostenibilidad.Centros como MackGraphe lideran investigaciones en grafeno y nanocarbonos para mejorar la eficiencia de baterías, celdas solares y supercondensadores. Estos materiales permiten aumentar la densidad energética y reducir los costos de almacenamiento.
Medioambiente y tratamiento de agua.La nanotecnología también ofrece soluciones para la purificación de agua. En México, la UNAM y el IPN demostraron que las membranas con nanopartículas metálicas pueden eliminar contaminantes con una eficiencia hasta 40 % superior a los métodos tradicionales (ScienceDirect, 2017). La ONU destaca que los nanomateriales permiten reducir el uso de químicos y mejorar la eficiencia de los sistemas de tratamiento (UN Policy Brief, 2015).
Materiales inteligentes y manufactura avanzada.Desde nanocompuestos ligeros hasta recubrimientos autolimpiantes y textiles inteligentes, las universidades latinoamericanas trabajan en materiales funcionales con propiedades únicas. Estos desarrollos sientan las bases para una futura industria de manufactura avanzada en la región.

4. Casos de aplicación en la región
Salud y biomedicina.
En el LNNano (CNPEM), Brasil desarrolla nanocompuestos para ingeniería de tejidos y diagnóstico molecular.
En México, el Tecnológico de Monterrey y la UNAM aplican nanopartículas metálicas para el tratamiento de infecciones hospitalarias.
En Chile, el CEDENNA y su Inovenso NE100, bajo la dirección de Juan Escrig, abren nuevas líneas en nanofibras con propiedades antibacterianas y biomédicas.
Energía y medioambiente.
En Brasil, MackGraphe trabaja en celdas solares basadas en grafeno y supercondensadores verdes.
En México, las membranas nanoestructuradas del IPN reducen en hasta 30 % el consumo de químicos durante la purificación del agua.
En Chile, las nanofibras producidas mediante electrospinning se están explorando para desalinización y captura de contaminantes atmosféricos.
Materiales y manufactura.
La UBB usa su NE300 para desarrollar nanofibras de celulosa orientadas a la industria maderera y biopolimérica.
La ULS, con su NE100, impulsa investigaciones en nanotecnología aplicada a alimentos, lideradas por la doctora Vilbett Briones, enfocadas en mejorar la conservación y la funcionalidad nutricional.
En Brasil, la UNIVASF utiliza su PE300 para producir nanofibras destinadas a filtros y biomateriales, fortaleciendo la cooperación científica regional.
5. Oportunidades para la región
La nanotecnología en América Latina ofrece una oportunidad estratégica para diversificar economías dependientes de materias primas. Los países que integren la nanotecnología en sus cadenas productivas podrán generar empleo calificado, atraer inversión y exportar conocimiento.
Las aplicaciones en agua, energía y salud se alinean directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según la ONU, los sistemas nano pueden reducir significativamente el uso de químicos y mejorar la eficiencia de los procesos de tratamiento de agua (UN Policy Brief, 2015).
Asimismo, los materiales nanoestructurados permiten aumentar la eficiencia energética y extender la vida útil de dispositivos, reduciendo costos y emisiones. La combinación de innovación, sostenibilidad y valor agregado posiciona a la región como un actor relevante en la nueva economía de materiales inteligentes.
6. Desafíos: inversión, regulación y capital humano
La diferencia de inversión en investigación es el principal obstáculo.
En los países de la OCDE, el gasto promedio en I+D supera el 2 % del PIB (Eurostat, 2024).
En América Latina, ronda el 0,7 %, y en Chile apenas el 0,3 % (OCDE, 2024).
A ello se suman brechas en infraestructura, marcos regulatorios y personal especializado. Aunque existen programas de posgrado y redes de colaboración, aún falta escala y estabilidad financiera para consolidar ecosistemas de innovación sostenibles.

7. Hacia una red latinoamericana de innovación nano
Para potenciar el impacto de la nanotecnología regional se requieren acciones coordinadas:
Infraestructura compartida: redes abiertas de caracterización y fabricación.
Transferencia tecnológica efectiva: mayor vinculación universidad–empresa.
Educación especializada: formación técnica y científica en electrospinning, microfabricación y nanosafety.
Regulación común: estándares regionales sobre uso seguro de nanomateriales (UNITAR, 2015).
Financiamiento mixto: fondos públicos y privados orientados a proyectos aplicados.
8. Conclusión
La nanotecnología en América Latina está dejando de ser una promesa para convertirse en un motor real de desarrollo. Los avances de centros como LNNano, MackGraphe, CEDENNA, UBB, ULS y UNIVASF muestran que la región posee el talento y la infraestructura necesaria para competir globalmente.
Las instalaciones realizadas por Electrospinning South America, tanto en Brasil como en Chile, son ejemplo concreto de cómo la transferencia tecnológica y la cooperación público-privada pueden acelerar la innovación.
El desafío ahora es sostener este impulso mediante inversión, políticas estables y redes de colaboración. La revolución silenciosa de la nanotecnología en América Latina ya comenzó; el siguiente paso es hacerla visible.
Sobre Electrospinning South America
Electrospinning South America impulsa la investigación en nanofibras y materiales funcionales en universidades y centros tecnológicos de la región. Con la instalación de equipos como el Inovenso PE300 en UNIVASF (Brasil) y las NE100 en CEDENNA o Universidad de la Serena (Chile), la empresa fortalece la infraestructura científica latinoamericana y promueve la transferencia tecnológica en nanotecnología aplicada.
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